jueves, 12 de noviembre de 2009

Me acuerdo

"Me acuerdo de lo decepcionante que fue acostarme con uno de los chicos más guapos que he conocido en mi vida".
Joe Brainard, Me acuerdo.
Siempre me ha fascinado la capacidad del artista de comunicar, a partir de una vivencia personalísima, una experiencia universal.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Hipocresía a la inversa

"Hay casos en que conviene fingir vicios. De este modo, se permanece aún dentro de las reglas del juego."
Ernst Jünger, Acercamientos, 138.

lunes, 26 de octubre de 2009

Mozart v/s Wagner

Continuando con el tema "grandes libertinos", debo reconocer que Mozart superó a Wagner. Aquí mis simpatías están con Don Giovanni, que se mantiene firme incluso cuando ya se chamusca en las llamas del infierno. En cambio, el oscilante Tannhäuser, muy católicamente, se salva en el último minuto. Supongo que de este modo se redimía también, vicariamente, el libertino Wagner. A continuación dos potentes versiones.
Tannhäuser http://www.youtube.com/watch?v=PA73smSSsZY
Don Giovanni http://www.youtube.com/watch?v=dK1_vm0FMAU

viernes, 16 de octubre de 2009

Otra versión del nitimur in vetitum

"...porque nada contiene al libertinaje, y la verdadera manera de ampliar y multiplicar sus deseos es querer imponerles límites".

Donatien Alphonse François de Sade, Las 120 jornadas de Sodoma.

sábado, 10 de octubre de 2009

La nave de los locos


Durante la mañana llovió sobre Santiago. Por la tarde paró el aguacero, las nubes dejaron algunos claros y el Sol despuntó por momentos otorgando un bello esplendor a toda la ciudad. Después de almorzar decidí adelantar mi caminata diaria bordeando el río Mapocho, para aprovechar lo más posible el aire limpio que nos regaló la lluvia. Al volver a mi casa caí en la cuenta que "Chile" se jugaba hoy su clasificación al mundial de fútbol de Sudáfrica, cuestión que aunque se resolviera favorable o negativamente "para el país", provocaría, de todos modos, un pandemonium insufrible (tengo tres "Fallas" en el cuerpo y eso destruye para siempre los nervios de cualquiera). Hube, pues, de tomar precauciones para escapar de la barahúnda y, puesto que tenía pendiente "Bellamy" el último estreno de Chabrol, corrí a encerrarme al cine que queda a unas cuadras de mi casa. De la película, sólo puedo decir que compraré el DVD para mis noches de insomnio, ya que me resultó soporífera. La única ganancia: el cuarteto de cuerdas de Elgar de la banda sonora.


Fue salir del cine y darme cuenta que estaba en una ciudad tomada. Un hedor a cerveza impregnaba el aire y bandas de pitecántropos excitados circulaban sin rumbo fijo, gesticulando y aullando en un lenguaje incomprensible, no humano. Ni en sus pesadillas más delirantes el propio Lovecraft pudo concebir a esa ralea que habita en la periferia de Santiago. Una especie subhumana, el "flayte" chileno, cuyo fenotipo pareciera acusar un ayuntamiento infame entre monos y batracios. Criaturas a las que, literalmente "se les va la vida" con el fútbol, ya que son bien capaces de matar para dirimir una disputa futbolística. Nacen, comen, se aparean, se drogan y se matan en los suburbios, pero organizan incursiones al mundo civilizado para robar o ir al estadio. Hube de sortear a varios de estos grupos de vesánicos para volver a casa y debo confesar que, tras cerrar la reja del edificio en que vivo, sentí alivio, de estar dentro y ellos fuera.

viernes, 9 de octubre de 2009

Merci, Donatien Alphonse François

Debo al divino marqués, entre muchas enseñanzas de gran provecho, la soberbia expresión "templos de la lubricidad" para referir ciertas cavidades en la geografía corporal cuya mención es causa de pudor entre las gentes educadas. Siendo, como soy, un sujeto piadoso con los dioses antiguos, en mi panteón personal ocupan, la irresistible Cipris y el imbatible Eros, lugar muy principal. Con todo, debo reconocer que, en mi caso, sólo he sido capaz de depositar mis exvotos en uno de los templos, aquel que Sade llama, en aquellos felices momentos en que se cansa del lenguaje más procaz, "encantador asilo de los más dulces placeres". El otro templo, hasta donde sé, el más visitado por los venéreos peregrinos, es para mí, en cambio, mysterium. Y, a estas alturas de mi vida, acaso más por capricho de la madre naturaleza en la dirección del gusto que por principio, precisamente esa iniciación mistérica no me atrae en absoluto.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Verso inoportuno

Abro al azar mis Líricos griegos arcaicos (en la traducción de Juan Ferraté). Aparece Mimnermo y me espeta:
“…pues tan pronto llega la triste vejez, que hace al hombre feo y malo a la par”.
¡Haberme topado con este verso el mismo día de mi cumpleaños!

domingo, 19 de julio de 2009

Consejos socráticos


Sócrates "aconsejaba abstenerse resueltamente de las personas bellas, ya que no era fácil disfrutarlas y conservar la sensatez. Un día que se enteró de que Critobulo, hijo de Critón, había besado al hijo de Alcibíades, que era un hermoso muchacho, preguntó a Jenofonte en presencia de Critobulo:
-Dime, Jenofonte, ¿no creías tú que Critobulo era un hombre sensato más que atrevido y más prudente que insensato y temerario?
-Desde luego, dijo Jenofonte.
-Entonces, a partir de ahora considéralo el hombre más fogoso y atolondrado, que sería capaz de dar volteretas sobre cuchillos en punta y de saltar en el fuego.
-¿Y qué le has visto hacer para que le condenes de esa manera?, dijo Jenofonte.
-¿Pues no se atrevió a darle un beso al hijo de Alcibíades, que es guapísimo y muy atractivo?
-Entonces, dijo Jenofonte, si tal es su hazaña temeraria, creo que yo también correría ese peligro.
-¡Desgraciado!, dijo Sócrates, ¿y qué crees que te pasaría después de darle un beso a una belleza? ¿No serías al punto esclavo en vez de libre, derrocharías mucho dinero en placeres funestos, no te quedaría tiempo para pensar en nada noble y hermoso, y en su lugar te verías obligado a tomar en serio cosas por la que ni un loco lo haría?
-¡Por Hércules!, dijo Jenofonte, ¡qué alarmante poder concedes a un beso!
-¿Y ello te sorprende?, dijo Sócrates. ¿No sabes que las tarántulas, que no tienen el tamaño de un medio óbolo, sólo con tocar con la boca hacen polvo con sus dolores a las personas y les quitan el sentido?
-Sí, por Zeus, dijo Jenofonte, porque la tarántula inocula algo con el mordisco.
-¿Y tú no crees, so necio, que los muchachos bellos no inoculan nada cuando besan, aunque tú no lo veas? ¿No sabes que esa fierecilla que llaman hermosa y atractiva es tanto más terrible que las tarántulas, porque éstas contactan, mientras que el otro sin ni siquiera tocar, si alguien lo mira aunque sea de lejos, inocula algo que hace enloquecer? (Tal vez por eso se da el nombre de arqueros a los amores, porque los muchachos hermosos hieren incluso de lejos.) Por ello te aconsejo, Jenofonte, que cada vez que veas a un muchacho bello huyas precipitadamente. Y a ti Critobulo, te aconsejo que te vayas al extranjero por un año, porque tal vez a duras penas durante ese tiempo puedas curarte del mordisco..."

Jenofonte, Recuerdos de Sócrates, I, 9-13.

jueves, 11 de junio de 2009

El gesto de la muerte


PARÍS.- Una mujer italiana que la semana pasada perdió el vuelo del avión de Air France que se precipitó al océano Atlántico, con 228 personas a bordo, murió en un accidente automovilístico, según recoge la versión digital de “The Times”.Johanna Ganthaler, jubilada y natural de la región de Bolzano, había pasado unos días de vacaciones en Brasil junto a su marido.Ambos perdieron el vuelo Air France 447 que se precipitó al Atlántico el pasado 31 de mayo y, según informa la agencia italiana Ansa, el matrimonio abandonó Río de Janeiro un día después en otro vuelo.Ganthaler falleció en un accidente automovilístico en Kufstein (Austria), cuando el vehículo en el que viajaba chocó contra un camión. Su marido se encuentra gravemente herido (EFE).


Esto me recuerda un viejo e inquietante cuento:


Un joven jardinero persa dice a su príncipe:
-¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahán.
El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:
-Esta mañana ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?
-No fue un gesto de amenaza -le responde- sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahán esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahán.

domingo, 22 de marzo de 2009

La libertad



La puertecita de la jaula había quedado abierta. El pajarito se plantó, con un ligero estremecimiento, en la entrada y desde allí miró el vasto mundo primero con un ojo y después con el otro. Por su cuerpecito pasó el estremecimiento del deseo de los espacios vastos para los cuales estaban hechas sus alas, pero después pensó: "Si salgo, podrían cerrar la jaula y yo quedaría preso fuera". El animalito volvió a entrar y poco después vio, con satisfacción, cerrarse la puertecita que sellaba su libertad.


Italo Svevo, Fabulas.


Como el avecilla de la historia, nuestra ansia de libertad nunca llega demasiado lejos.




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jueves, 26 de febrero de 2009

Rilke / Bataille

Rilke:
Einmal nahm ich zwischen meine Hände
dein Gesicht. Der Mond fiel darauf ein.
Unbegreiflichster der Gegenstände
unter überfließendem Gewein.
[Tomé una vez tu rostro entre mis manos.
La Luna descendía sobre él,
La más incomprensible de las cosas
inundada de llanto]
Bataille:
"entre un ser y otro ser hay un abismo".
Rilke:
Wie ein williges, das still besteht,
beinah war es wie ein Ding zu halten.
Und doch war kein Wesen in der kalten
Nacht, das mir unendlicher entgeht.
[Como algo disponible, que permanece quieto;
era como tener, casi, una cosa.
Pero en la fría noche no había ningún ser
que de mí se escapara más infinitamente.]
Bataille:
"Somos seres discontinuos, individuos que mueren aisladamente en una aventura ininteligible; pero nos queda la nostalgia de la continuidad perdida. Nos resulta difícil soportar la situación que nos deja clavados en una individualidad fruto del azar, en la individualidad perecedera que somos. A la vez que tenemos un deseo agustioso de que dure para siempre eso que es perecedero, nos obsesiona la continuidad primera, aquella que nos vincula al ser de un modo general".
Rilke:
O da strömen wir zu diesen Stellen,
drängen in die kleine Oberfläche
alle Wellen unsres Herzens,
Lust und Schwäche,
und wem halten wir sie schließlich hin?
[Oh, entonces nos volcamos a esos sitios,
lanzandoa esa pequeña superficie
el oleaje entero de nuestro corazón,
debilidad y deseo;
¿Y hacia quién las tendemos finalmente?]
Bataille:
"Le parece al amante que sólo el ser amado [...] puede , en este mundo, realizar lo que nuestros límites prohiben: la plena confusión de dos seres, la continuidad de dos seres discontinuos. [...] La pasión nos repite sin cesar: si poseyeras al ser amado, ese corazón que la soledad oprime formaría un solo corazón con el del ser amado. Ahora bien, esta promesa es ilusoria, al menos en parte" ...
Rilke:
Ach dem Fremden, der uns mißverstanden,
ach dem andern, den wir niemals fanden,
denen Knechten, die uns banden,
Frülingswinden, die damit entschwanden,
und der Stille, der Verliererin.
[Ay, a un extraño que no nos entiende,
ay, al otro, a quien nunca hemos hallado,
y a sus criados, que nos han atado,
a los vientos de marzo, disipados con ellos,
y al silencio, que todo lo ha perdido.]
Bataille:
"Pues hay, para los amantes, más posibilidades de no poder encontrarse durante largo tiempo que de gozar en una contemplación exaltada de la continuidad que los une."

sábado, 7 de febrero de 2009

Dones de Venus

"Atroz tristeza de la carne inmunda
cuando la llama del deseo en el hielo
del disgusto se apaga y ningún velo
de amor la inerte desnudez circunda!"

Gabriele D'Annunzio, "Imagen", de Intermezzo di rime.
Este mal sabor que describe el poeta es, demasiado a menudo, el triste y único rédito de los seductores.
¿Por qué será que la poesía siempre da en el blanco?

viernes, 16 de enero de 2009

El juicio contra Orestes

El poeta trágico Esquilo (525 a.C.-455 a.C.) vivió dos grandes y decisivos sucesos de Atenas: el nacimiento de la democracia y la guerra contra los persas. Se cuenta que peleó en Maratón, el 490 a.C. y que sólo de ello se vanaglorió en su epitafio. Hay quien opina que su circunstancia vital explica el entusiasmo democrático y patriótico que trasuntan todas sus obras.


La más grande de todas, es Orestíada, una trilogía cuyo argumento es el siguiente: El asesinato Agamenón, vencedor de Troya, a manos de su mujer, Clitemnestra (en Agamenón); el castigo de ésta, por mano de su hijo Orestes (en Coéforos); y la purificación del matricida (en Euménides).


En Euménides, Esquilo nos muestra a Orestes que, perseguido por las horribles Erinias, busca en Delfos la protección y el consejo del dios Apolo, instigador del matricidio. Éste adormece a sus implacables perseguidoras, y aconseja a Orestes partir de inmediato a Atenas para ponerse, en la colina del Areópago, al amparo de la sabia diosa Palas (Atenea).


Entretanto, el fantasma de Clitemnestra despierta a las Erinias y les recuerda su misión. Éstas representan a los dioses primigenios y defienden un concepto primitivo de justicia, forjado en los oscuros tiempos del matriarcado. Las Furias reclaman la venganza de la sangre materna vertida por Orestes y reprochan al dios haberlo dejado huir, mancillando de este modo su propio templo.


El “caso Orestes” es complejo. Bajo el viejo sistema feudal, los clanes estaban atados por vínculos de sangre. Orestes, por ser el consanguíneo más próximo de Agamenón, estaba obligado a vengar a su padre. Pero al cumplir con este deber cometió, a su vez, un crimen abominable.


Los dioses olímpicos simpatizan con Orestes. Podrían, sin más, desdeñar a las Erinias y darle la razón a aquél. Sin embargo, Esquilo, por boca de Atenea, nos advierte sobre las consecuencias de semejante arbitrariedad: “Empero unos derechos tienen éstas/ que no resulta fácil conculcar,/ y si no alcanzan fallo victorioso/ en este pleito, invadirá la tierra/ el veneno de su resentimiento,/ peste insufrible.”


Atenea decide someter el asunto a un juicio justo: “…escogeré/ jueces atados por gran juramento/ y luego en un augusto tribunal/ lo tornaré, que dure para siempre./ Buscadme los testigos y las pruebas,/ juramentado auxilio del derecho./ Yo voy recoger la flor y nata/ de mi ciudad, y volveré al instante/ para que justamente el pleito fallen/ sin transgredir en nada el juramento/ con espíritu inicuo y alevoso.”


Antes que se instale siquiera el flamante tribunal del Areópago, las impaciente Erinias inician su alegato, advirtiendo sobre perniciosas secuelas sociales “si triunfa el derecho asesino de este matricida”.


Vuelve Palas con los jueces y da la palabra a las Furias, puesto que “si quien acusa habla el primero, puede/ narrar muy bien los puntos del litigio”. Interrogan éstas a Orestes y obtienen, sin mayores dificultades, que confiese: “le segué la garganta, lo confieso,/ con una espada que mi brazo armaba”. Orestes alega que su madre se había manchado antes con doble crimen, porque asesinó a Agamenón, que era padre y esposo. Las Erinias replican que el delito de Clitemnestra no es tan grave como el suyo, porque “no comparten su sangre los esposos”.


Tendrían que pasar muchos siglos para que la dogmática penal concibiera las “causales de justificación” que eliminan la ilicitud de un acto que de no concurrir alguna de ellas sería delito. No obstante, un germen de éstas aparece en el llamado que hace Orestes a Febo para que testifique a su favor: “Explícame, oh Apolo, si la vida/ le quité justamente. Porque el hecho/ tal como sucedió, yo no lo niego.”


Apolo recurre a un tecnicismo machista “del hijo no es la madre engendradora,/ es nodriza tan solo de la siembra/ que en ella se sembró./ Quien la fecunda/ ése es engendrador…” Los jurados están divididos en iguales partes a favor de Orestes y de las Erinias. El empate lo dirime Atenea con argumentos no menos machistas: “…Soy, sin reserva,/ del bando de mi padre. De este modo,/ no prefiero el destino de una hembra/ que muerte dio a su esposo, de una casa/ dueño y señor. Orestes gana el pleito/ aunque haya empate.”


En este primer juicio oral de la Historia, Esquilo confronta, de una parte, una concepción patriarcal de la sociedad frente a una matriarcal, más primitiva, y, por otra, nos muestra, en lenguaje mítico, la sustitución del viejo principio de retribución del “ojo por ojo” por la nueva legalidad de la Polis.

jueves, 15 de enero de 2009

Bach por Glenn Gould


Escucho las english suites de Johann Sebastian, ejecutadas al piano por Glenn Gould.

¿Por qué será que la música de Herr Bach me deja siempre tan triste?