lunes, 26 de octubre de 2009

Mozart v/s Wagner

Continuando con el tema "grandes libertinos", debo reconocer que Mozart superó a Wagner. Aquí mis simpatías están con Don Giovanni, que se mantiene firme incluso cuando ya se chamusca en las llamas del infierno. En cambio, el oscilante Tannhäuser, muy católicamente, se salva en el último minuto. Supongo que de este modo se redimía también, vicariamente, el libertino Wagner. A continuación dos potentes versiones.
Tannhäuser http://www.youtube.com/watch?v=PA73smSSsZY
Don Giovanni http://www.youtube.com/watch?v=dK1_vm0FMAU

viernes, 16 de octubre de 2009

Otra versión del nitimur in vetitum

"...porque nada contiene al libertinaje, y la verdadera manera de ampliar y multiplicar sus deseos es querer imponerles límites".

Donatien Alphonse François de Sade, Las 120 jornadas de Sodoma.

sábado, 10 de octubre de 2009

La nave de los locos


Durante la mañana llovió sobre Santiago. Por la tarde paró el aguacero, las nubes dejaron algunos claros y el Sol despuntó por momentos otorgando un bello esplendor a toda la ciudad. Después de almorzar decidí adelantar mi caminata diaria bordeando el río Mapocho, para aprovechar lo más posible el aire limpio que nos regaló la lluvia. Al volver a mi casa caí en la cuenta que "Chile" se jugaba hoy su clasificación al mundial de fútbol de Sudáfrica, cuestión que aunque se resolviera favorable o negativamente "para el país", provocaría, de todos modos, un pandemonium insufrible (tengo tres "Fallas" en el cuerpo y eso destruye para siempre los nervios de cualquiera). Hube, pues, de tomar precauciones para escapar de la barahúnda y, puesto que tenía pendiente "Bellamy" el último estreno de Chabrol, corrí a encerrarme al cine que queda a unas cuadras de mi casa. De la película, sólo puedo decir que compraré el DVD para mis noches de insomnio, ya que me resultó soporífera. La única ganancia: el cuarteto de cuerdas de Elgar de la banda sonora.


Fue salir del cine y darme cuenta que estaba en una ciudad tomada. Un hedor a cerveza impregnaba el aire y bandas de pitecántropos excitados circulaban sin rumbo fijo, gesticulando y aullando en un lenguaje incomprensible, no humano. Ni en sus pesadillas más delirantes el propio Lovecraft pudo concebir a esa ralea que habita en la periferia de Santiago. Una especie subhumana, el "flayte" chileno, cuyo fenotipo pareciera acusar un ayuntamiento infame entre monos y batracios. Criaturas a las que, literalmente "se les va la vida" con el fútbol, ya que son bien capaces de matar para dirimir una disputa futbolística. Nacen, comen, se aparean, se drogan y se matan en los suburbios, pero organizan incursiones al mundo civilizado para robar o ir al estadio. Hube de sortear a varios de estos grupos de vesánicos para volver a casa y debo confesar que, tras cerrar la reja del edificio en que vivo, sentí alivio, de estar dentro y ellos fuera.

viernes, 9 de octubre de 2009

Merci, Donatien Alphonse François

Debo al divino marqués, entre muchas enseñanzas de gran provecho, la soberbia expresión "templos de la lubricidad" para referir ciertas cavidades en la geografía corporal cuya mención es causa de pudor entre las gentes educadas. Siendo, como soy, un sujeto piadoso con los dioses antiguos, en mi panteón personal ocupan, la irresistible Cipris y el imbatible Eros, lugar muy principal. Con todo, debo reconocer que, en mi caso, sólo he sido capaz de depositar mis exvotos en uno de los templos, aquel que Sade llama, en aquellos felices momentos en que se cansa del lenguaje más procaz, "encantador asilo de los más dulces placeres". El otro templo, hasta donde sé, el más visitado por los venéreos peregrinos, es para mí, en cambio, mysterium. Y, a estas alturas de mi vida, acaso más por capricho de la madre naturaleza en la dirección del gusto que por principio, precisamente esa iniciación mistérica no me atrae en absoluto.