jueves, 18 de octubre de 2007

martes, 4 de septiembre de 2007

Leer

Leer es buscar con la vista a través de los siglos la única
flecha disparada desde el fondo de los tiempos.
Pascal Quignard, Retórica Especulativa.

viernes, 31 de agosto de 2007

¿Qué significa Tristan?

Algo brutalmente desconsolador pero que, a la vez, libera. Un desvelamiento. Comprender, por fin, que el anhelo de amor que me (te) atormenta no será satisfecho. Por nadie. Jamás. Que el amor es una pasión inútil.
Contra lo que piensan muchos exégetas de la obra (se ha dicho y escrito tanta estupidez a propósito de su representación en Chile ¡incluso por gente inteligente!), el amor entre Tristan e Isolda se consuma sólo sexualmente (hay que ser muy inocente, o rematadamente sordo, para no percibir que el segundo acto es una larga y sostenida cópula que culmina en orgasmo y, tras la pausa de rigor, nueva cópula o, más bien, coitus interruptus, por la aparición de Marke y sus cortesanos).
Pero la consumación sexual es efímera y el anhelo renace una y otra vez en el corazón de Tristan como un fuego ardiente y devordador que no llega jamás a apagarse (lo grita así, literalmente, en el acto final). Sólo la muerte podrá extinguirlo. Esa oscuridad de la que procedemos y a la que tarde o temprano regresamos. La eterna y tranquila noche de la inconsciencia. La aniquilación del individuo como manantial inagotable de deseo y de insatisfacción. Sólo la muerte nos libera de desear.
Es un completo malentendido decir que la muerte une finalmente a Tristan e Isolda. Simplemente los disuelve, los aniquila como sufrientes esclavos del deseo. Esa es la única liberación posible. "Noche" en Wagner no es más que un eufemismo para llamar a la muerte.
Tristan und Isolde, ópera terrible, en absoluto "romántica". Schopenhauer con música.

viernes, 6 de julio de 2007

lunes, 2 de julio de 2007

miércoles, 13 de junio de 2007

Cierta melancolía

Hoy está de moda ser "bipolar". Como yo huyo de las modas, prefiero definirme como "pendular". No es que padezca cambios bruscos de mi ánimo, sino una paulatina oscilación. Lenta ascensión y suave caída. Hoy se ha acabado el entusiasmo. El dios me abandonó. En su lugar, abulia y desazón, acompañadas por una cierta melancolía, se apoderan de mí. La lluvia, el olvido de algunos, la lejanía de otros...
Hallo consuelo en mis líricos arcaicos, esos viejos libidinosos que suplican amores a jovencitos de ojos de niña. Habrá, con su ayuda, que invocar al dios para que vuelva a poseernos. Sigamos, pues, el consejo de Anacreonte:
¡Ciñámonos a las cejas
pequeñas guirnaldas de apio
y ofrezcámosle a Dionisos
fiesta en grande!

domingo, 27 de mayo de 2007

Los males de Venus


Quae venit ex tuto, minus est accepta voluptas... El placer que se obtiene sin riesgos es menos grato, dice el poeta del Ars amandi. Ciertamente, pero... ¡ay! allí están siempre asediándonos alevosamente a nosotros, los amantes de "jeunes adolescents ou poutôt jeunes filles", a nosotros, los alegres libertinos, "les maladies honteuses, et presque incurables", el castigo a "notre grande dégradation", como nos recuerda Lautréamont. ¿Y qué hacer cuando llega el tiempo de las tribulaciones y del rechinar de dientes?... ¿qué hacer cuando un grano infame o una secreción inmunda anuncian el regalo envenenado de la malvada Venus? Pues... poner a nuestros maltratados falos bajo la protección del bondadoso Padre Príapo y de los santos antibióticos.

jueves, 17 de mayo de 2007

Memento mori


Cada cual tiene su calendario propio y su muerte propia, dice Jünger. Ayer me llamaron para avisarme que una compañera de carrera murió, atropellada. Nunca fuimos amigos, pocas veces hablamos, pero la recuerdo bien, nítidamente. Tal vez porque, entonces, me parecía bella. Muchas son las muertes de que tenemos noticia a diario. En general, no pasan de ser un dato más, entre miles, que nos ofrecen los medios. Meros hechos del día. Noticias. Cuando el muerto es un conocido, en cambio, la noticia consigue conmovernos o, al menos, inquietarnos. La razón es bastante obvia. La muerte deja de ser una abstracción, se materializa. Como en esas danzas macabras del medioevo, casi podemos ver a la calavera que nos mira sonriente y nos hace un guiño, mientras se lleva a otros. Memento mori, recuerda que has de morir. Uno se sobresalta. Se interrumpe, por un momento, el piloto automático. Lo que suceda después, depende del temperamento de cada cual y va desde un encogerse de hombros y volver a la inercia de lo cotidiano a "replantearse la vida". Yo veo reforzada mi opción por el hedonismo. Aunque tendría que dar un paso más hacia el desenfreno. Hartarme de la vida.

sábado, 7 de abril de 2007

epítome de la sabiduría

Tanto quemarse las pestañas, la primera juventud desperdiciada, para concluir finalmente que la única opción inteligente en la vida es el hedonismo y que la verdadera felicidad está en el desenfreno. Lo que cualquier cerdo sabe por instinto.

domingo, 21 de enero de 2007

El retorno de Ovidio

Siendo las 13:15 horas del 21 de enero de 2007, Ovidio vuelve al universo blog, sin mucho que decir, por el momento...